Las nebulosas son uno de los objetivos más espectaculares para cualquier astrofotógrafo. Para conseguir imágenes nítidas y llenas de color, es esencial contar con un buen seguimiento, exposiciones largas y apilar varias tomas en el procesado. Los filtros ayudan a resaltar detalles y reducir el brillo del fondo, sobre todo desde zonas con algo de contaminación lumínica. El procesado posterior, usando programas como PixInsight o Photoshop, permite realzar contrastes y matices sutiles.
La paciencia y la experimentación son clave para revelar la magia oculta en estos objetos del cielo profundo.
Isidro Javier López
Desde pequeño, un enamorado de la fotografía de astros, y en general, de la astrofísica
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